domingo, 4 de mayo de 2014

Plácidos domingos.

Venías a despertarme todos los domingos. Lo odiaba. Llamabas fuerte a mi puerta como si pretendieras tumbarla en cualquier momento. Entonces yo me levantaba cabreado, echando pestes contra ti mientras recorría el pasillo hacia la puerta y me limpiaba las legañas.
Te odiaba, estabas con tu preciosa y estúpida sonrisa de niña feliz cada domingo por la mañana lanzándote a mi cuello para morderme e intentar espabilarme, pero pasaba. Siempre tenía demasiada resaca Aún asi acababa en la cocina preparando Cola-cao para mi, café para ti mientras te sentabas en mi sofá y veías aquellos dibujos animados que yo odiaba (odio) porque no tenian a Goku haciéndole un kame-hame-ha a Peppa Pigg. Desayunábamos en el sofá, tu sentada encima mía haciendo lo posible para que me tirase el Cola-cao por encima o se deshiciera la galleta mientras la untaba. Y te volvía a odiar hasta que te acababas el café mirando la tele sin decirme nada, dejabas la taza en el suelo, me quitabas el vaso y te tirabas encima. Así todos los domingos. Siempre el mismo ritual, nuestra manía. Era tan necesario para nuestro existir como los dos o tres polvos que echábamos hasta que volvíamos a tener hambre. Entonces llamábamos al restaurante italiano que tiene las lasañas y los espaghetis carbonara que tanto amo, como a ti. Después de comer teníamos otra rutina, ver 'Los Vengadores' como yo hacía todos los domingos antes de que entrases en mi vida. Siempre te quedabas dormida en la misma parte: cuando Fury da el discurso. Te aburría y yo me enfadaba porque nunca eras capaz de acabar la película. Pero te lo perdonaba porque conseguías darle sentido a todos estos estúpidos domingos y yo me moría por salvar la Tierra para ti, aunque sinceramente me daba igual que se acabara el mundo si quedábamos tu y yo para vivirlo.

¿Recuerdas esos domingos? ¿No? Yo tampoco. Nunca llegaron a hacerse realidad, pero habría estado bien. Sólo se quedaron en un pensamiento más. Otro plan que mi imaginación perfeccionó una y otra vez para tener contigo la vida que quería. Sólo una ilusión perdida entre tantas.

2 comentarios: