No tengo
corazón.
Ni
quiero.
No quiero
tener un corazón para que me lo quiten, roben, secuestren, arranquen, rompan,
quiebren, desgarren, acuchillen, cercenen, mutilen, tiren, defenestren, partan,
aplasten, troceen, abrasen, destrocen, incineren, vendan, regalen o subasten.
Para que
me quiten, roben, secuestren, arranquen, rompan, quiebren, desgarren,
acuchillen, cercenen, mutilen, tiren, defenestren, partan, aplasten, troceen,
abrasen, destrocen, incineren, vendan, regalen o subasten tengo cabeza, pelo,
ojos, orejas, nariz, lengua, dientes, brazos, manos, dedos, costillas,
pulmones, hígado, riñones, intestinos, piernas, pies, cerebro, huesos, cojones
y vida.
El
corazón me lo dejas donde está. No es para ti.
No tengo
porque no sé donde lo dejé la última vez.
A lo
mejor lo dejé en el banco, en tu calle, en tu portal, en tus manos, en tu pelo,
en tus labios, en tu pecho, en tu ombligo, entre tus piernas.
Si lo
encuentras, llámame.
Quiero
escucharte una vez más antes de que me roben, secuestren, rompan, desgarren,
acuchillen, cercenen, mutilen, tiren, defenestren, partan, aplasten, troceen,
abrasen, destrocen, incineren, vendan, regalen o subasten.
No tengo
corazón.
Lo tienes
tú.