domingo, 3 de agosto de 2014

La triste historia de...

Es la triste historia de las mañanas desaprovechadas, las tardes sin planes y las noches sin ti. De como mi mano busca, con un movimiento reflejo, rozar tu piel, sin éxito.
Mi cama me cuenta que le falta aunque ella nunca ha conocido el olor de tu pelo en la almohada, ni el tacto de tu cuerpo sobre las sábanas. Pero le faltas. Me lo dice y yo la entiendo mejor que nadie. A mi también me faltas, llevas faltándome toda la vida. Me faltabas cuando otra me hacía reir, cuando otra me hizo llorar; cuando el mundo se me caía encima y la pared fue el único apoyo que tuve. En esos momentos pensaba en ti.
Pensaba que si existías. ¿Dónde estabas? ¿Como eras? ¿Pensarías en mi? ¿Te encontraría pronto? Pensaba en ti cuando no te conocía, te quería antes de ponerte cara o voz. Soñaba contigo como si fueras una sombra que se soltaba de mis brazos en las peores pesadillas de mis peores lunes.
Ahora ya has llegado tú, con tu música alternativa, y el mundo me parece un lugar un poquito mejor aunque sigan cayendo bombas, niños mueran de hambre y no me despierte cada mañana viendo tu pelo despeinado sobre mi almohada (que me cuenta que le faltas aunque no te conozca).