domingo, 18 de mayo de 2014

De errores y portazos.

Saliste del piso dando un portazo y con la maleta en la mano. Sabía de sobra que no ibas a volver. Supongo que, aquella noche de abril, nuestros orgullos se enfrentaron en una batalla de resistencia y al final ganó el tuyo.
Te enfadaste por mis malos modos o por mis respuestas bordes o por mi falta de romanticismo o quizás por mil cosas mas; soy experto en dar motivos. Motivos para que me quieran, motivos para que me odien, motivos para que piensen que soy lo mejor del mundo y si, también motivos para que me dejen con un portazo como punto y final a una conversación a voces.
A lo mejor ahora tienes novio nuevo y vida nueva, a lo mejor vives en Madrid o en Barcelona o en Londres. Siempre quisiste ir más allá de una ciudad de 40.000 habitantes y yo te lo impedía. Pero conoces mis razones porque te las expliqué mil veces: no sería capaz de escribir nada en condiciones sin tener cerca el rumor del Jerte o las pelusas de los chopos en primavera, cómo tampoco soy capaz de escribir si no estás aqui. Esto es una excepción.
¿Sabes? Aún siguen los platos de aquella última cena puestos sobre la mesa y en el equipo de música la última canción que sonaba antes de que tus voces se elevaran por encima (Extremoduro; Yo, minoría absoluta; La vereda de la puerta de atrás; minuto 2:12). Aún siguen tus cajones abiertos y nuestras fotos clavadas en la pared. Aún sigue tu recuerdo en mi cabeza; el recuerdo de tus besos, de tus abrazos, de tus caricias, de tus orgasmos, de tus mamadas. Todo, tia.
Todo sigue igual, Excepto yo. Excepto mi corazón que es siniestro total, como aquel grupo que nunca llegaste a entender. Seguro que si me agitas sueno a roto por dentro o como el sonajero que no compramos para el hijo que no tuvimos. No sé cómo estarás tú, no sé si me echarás de menos o si piensas que fui el mayor error de tu vida. Ese error que no supo darte todos los lujos que querías aunque si supe darte un amor mediocre para alguien tan inconformista.
No he vuelto a salir con nadie desde que te fuiste. No cojo el teléfono a mis amigos y tampoco contesto a los mensajes de las chicas. Después de ti todo me parece insuficiente.
No sé si algún dia leerás esto o volveremos a vernos, a lo mejor alguien lo convierte en una canción y lo escuchas cualquier noche de fiesta sin querer. Para entonces espero que sepas que te quiero y que cada día sin ti se me hace largo como un invierno sin chimenea.*





















*Nota del autor: Igual esto está un poco exagerado y ella no se fue asi; igual todo sucedió por WhatsApp y no fue tan romántico; igual no la quise tanto (o si); igual no fue culpa mia; igual no echo de menos sus mamadas porque no me la chupó nunca; igual nunca se fue porque nunca estuvo del todo.
Vosotros pensad lo que queráis, yo os dejo decidir.

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