domingo, 25 de mayo de 2014

Extremoduro.

Se abrió un claro entre los focos y Dios salió de un contenedor industrial para darnos el mayor espectáculo de nuestras vidas.
Es difícil describir con palabras lo que transmite Roberto Iniesta Ojea sobre un escenario, pero supongo que me toca intentarlo.
Dieciséis mil personas hicimos ayer de un concierto nuestra final de la Champions personal. Haciendo de cada canción un himno. Con Robe cómo eterno capitán y Uoho cubriéndole las espaldas. Grandes Extremoduro y niños nosotros, mirándoles emocionados a través de unos ojos brillantes cómo si fuera la cabalgata del dia de reyes. Reyes del rock español y el Rey de Extremadura arropado por sus paisanos que le pedían Extremaydura (A mi el animal que más me gusta sois vosotros, nos dijo) 
Ensanchamos el alma para recibir cada una de las palabras que emitían las cuerdas vocales del Robe "Vosotros ya sabéis, que estáis en un país libre, podéis hacer lo que queráis. Eso sí, que no os vean." y lo que en ese momento queríamos era vivir la mejor noche de nuestra vida, cosa que conseguimos gracias a ellos y a los amigos que nos rodeaban, porque aparte de ver a mi grupo favorito, lo hice con mis mejores amigos y eso es inmejorable.
Con un "¿Donde están mis amigos?", Robe nos dio la sorpresa de la noche tocando la las andanzas de Pepe Botika que valía por todos los clásicos que se quedaron fuera del repertorio (Bribriblibli, Deltoya, A fuego, Quemando tus recuerdos y mi queridísima Hoguera fueron de las que mas eché en falta) y puesto a hablar de clásicos: empecé a sudar con Sol de invierno; lloré con La vereda de la puerta de atrás; me desgarré la garganta en Salir; volví a llorar con Jesucristo García y salté cómo nunca con Puta. Más que puta.
Extremoduro, leyenda viva del rock nacional. Roberto Iniesta, paisano, nacido en una de esas ciudades (era de Plasencia, me parece que decía) de las que nadie espera que vaya a salir un poeta o el mejor músico del rock urbano español (con el permiso de Rosendo). Nosotros, jóvenes que nos hemos criado con Extremoduro les estábamos viendo por primera o segunda vez (espero que tengamos mas posibilidades) Cáceres, el lugar elegido para dar un paso más en nuestro camino de las utopías. Así fue cómo todos juntos cómo hermanos repartimos amores, lágrimas, sonrisas y salimos de aquel estadio abrazándonos, celebrando la mejor noche de nuestras vidas.

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