domingo, 1 de marzo de 2015

Alfombra roja.

Me imagino caminando hecho un manojo de nervios por la alfombra roja. Los flashes de los paparazzi rebotan en el cristal de mis Ray Ban Wayfarer negras, a juego con la chaqueta y el pantalón de mi impecable chaqué hecho a medida por algún famoso diseñador de cuyo nombre no quiero acordarme.
Nunca había estado tan emocionado. Camino entre mis amores platónicos, caballeros Jedi, hobbits, algún que otro superhéroe e incluso un James Bond que me ha colocado la corbata. Ni siquiera me atrevo a pedirle a Clint Eastwood una foto porque me impone demasiado.
Los periodistas me preguntan sobre los rumores de mi supuesta relación con tal celebrity y respondo que no. Me preguntan que si espero que me den la estatuilla y les contesto con mi inglés de Extremadura: "Acho, I would be surprised if they gave it to me."
Entro en el recinto. Más cámaras de fotos y más estrellas del séptimo arte. Un organizador me lleva con mucha educación a mi asiento y comienza el sueño. Yo, Alberto Quijada Bejarano, nacido en Plasencia (Cáceres, Extremadura, España, Europa, planeta Tierra, Sistema Solar,la Vía Láctea, Universo), estoy nominado para recibir el Óscar como mejor director.
Mejor banda sonora, mejor película de habla no inglesa, mejores actores de reparto -me comen los nervios-, mejores actores principales y, por fin, le llega el turno a mi categoría. Cuando mencionan mi nombre entre los nominados se me humedecen los ojos. Entonces la pareja de moda de Hollywood abre el sobre y al oir la primera sílaba me da un vuelco al corazón.
Todo el mundo me mira, todo el mundo me aplaude.
Cuando llego al escenario no sé ni que hacer, nunca me habría imaginado eso. Había preparado un breve discurso de agradecimiento por si acaso, pero no sé si puedo leerlo. Venga, ahí va.

"Gracias a mi padre y a la madre que me parió, a mi hermano, a mis abuelos, a mis tios, mis primos y todos mis amigos. Gracias al cabrón de Jose Andrés que está ahí sentado intentando ligarse a Jennifer Lawrence. Gracias a los que han confiado en mí, al equipo que me ha ayudado y a mi equipo de fútbol por darme una alegría en la última Champions. Gracias a Joe Strummer y a Elvis Presley. Gracias a los cómics de Stan Lee y a los libros de Tolkien. Gracias a Star Wars, Apocalypse now, Leyendas de pasión, Una historia del Bronx, Top Gun, Los santos inocentes, Cinema Paradiso y Los Goonies. Gracias a Han Solo y a Indiana Jones. Gracias a Dios por Susan Sarandon, Monica Bellucci y Megan Fox. Gracias al que me va a comprar este Óscar cuando lo venda por mil pavos en E-bay y blablabla... Que viva la República, la Virgen del Puerto y el Don Simón. Lo dicho, buenas noches a todos ¡Extremadura independencia!"

Todo el teatro aplaude y yo bajo feliz del escenario, sabiendo que mañana tras catorce horas de vuelo volveré a pisar la alfombra roja de tu habitación sin chaqué, sin discurso y sin tener necesidad de usar la imaginación para cumplir todos mis sueños.

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