domingo, 22 de febrero de 2015

No me gustan los poetas.

No me gustan los poetas.
No me gustan esos poetas que se ponen a hablar de la obra de Bukowski sin decir un taco, sin levantar la voz.
No me gustan esos poetas que toman un café mientras suena, casi sin apreciarse, jazz de fondo.
No me gustan esos poetas que van siempre bien peinados, bien arreglados y tienen buenos modales.
No me gustan los poetas que no escupen versos.
No me gustan los poetas que no se emborrachan hasta vomitar palabras.
No me gustan los poetas que no follan, ni hacen el amor.
No me gustan los poetas que recitan una y otra vez lo bonita que es la vida.


Yo solo junto palabras y, a veces, te las regalo; y digo tacos cuando discuto a voces; y escucho música bruta mientras bebo garrafón; y no me peino, ni me visto elegantemente; y escupo trozos de mi alma; y me emborracho hasta vomitar versos; y follo como si fuera la última vez porque podría ser la última vez; y no veo la parte bonita de esta vida desde que no te veo.


No me gustan los poetas,
los apuñalaría a todos
con un bolígrafo
y sin inmutarme
¿quien los necesita?
porque podrá no haber poetas
pero siempre
habrá poesía.

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