domingo, 10 de mayo de 2015

Ese día.

¿Qué haremos ese día?
¿Qué coño será de nosotros
el dia que no recordemos como mear?
Cuando se nos olviden
nuestros nombres,
la cara de nuestros padres
y todos los veranos
que siempre dijimos
que serían inolvidables.

Nuestra vida se llenará
de canas,
arrugas,
mil achaques,
algún nieto...
pero se irán los recuerdos,
la juventud,
la capacidad de razonar,
la vista...
hasta las ganas de follar
(y eso que nunca
nos faltan ganas de follar)

Olvidaremos que
cuando éramos niños
queríamos ser mayores
y
cuando eramos mayores
queríamos ser niños
Cuando seamos viejos...
quien sabe.

No recordaré todos esos versos
que nunca me he aprendido
y escribí
pensando en mujeres
cuyos nombres
desaparecieron de mi cabeza
hace muchos meses.

Cuando seamos viejos
okuparemos bancos
de parques en los que jugábamos de niños
y metíamos mano de jóvenes
sin recordarlo.
Espero que ese día
recuerde todo aquello que aprendí
y que no me sirvió
para nada
porque eso será,
-junto a las fotos,
los libros
y las cicatrices-
lo último que me quede
de todo lo que fui
o lo que quise ser
alguna vez.

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