domingo, 7 de septiembre de 2014

Sin sentido.

Quería escribir sin estructura, sin sentido. Una frase aquí porque me da la gana, otra aquí porque queda bonita y esta porque me sale de la polla. Así de claro, así de simple y así lo hago porque como escribo yo, yo mando.
Recorrí todos los rincones de la ciudad buscando amor, pero estaban tan vacíos como mi vida hasta antes de encontrar algo que mereciera la pena. He caminado por las calles buscando una cara que se enamorara de mí a la vez que yo me enamoraba de ella y es jodidamente dificil, todos esos rostros son grises, como con ganas de llover.
Lloro por dentro desde que se fue mi abuela y me da rabia que la gente piense que no siento, ni lloro, ni estoy roto por dentro, pero estoy seguro de que, si me agitan, suenan trozos como un sonajero. Así que ahora dime quién va a juzgar todo este torbellino de palabras y frases sin sentido que se escriben solas al amanecer.
El sol saldrá por el este y en el oeste no habrá ni indios ni vaqueros para desgracia del niño rubio que llevo dentro, que no me contesta porque mamá le enseñó a no hablar con desconocidos... Aunque yo le conozca mejor que nadie porque somos la misma persona, preguntándonos por dentro en qué momento se torcieron nuestras vidas. Y si, mi vida tuvo que torcerse en algún momento para haber llegado a un punto en el que caen lágrimas mientras escribo y la mano tiembla como cuando estoy nervioso antes de leer en público.
Una vez publiqué la introducción a un kaos aunque nunca escribí sobre ninguno. Y ahora, que vomito sobre vuestro sucio corazón y ahí fuera rugen tormentas imaginarias, vuelvo con una amarga introducción a mi kaos compuesto por basura cósmica.

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